domingo, 15 de marzo de 2015

Star Trek: un hecho cultural

 

uss_enterprise_1

Aquí en España lo llamaron en su momento "La Conquista del Espacio".
La década del 60 llegaba a su fin. Johnson y Breznev, apuntándose mutuamente, amenazaban con freir al mundo en una hecatombe nuclear; por estos lares, un recambio zoológico en las altas esferas se produjo cuando la morsa Onganía derrocó a la tortuga Illia. El comunismo era más que nunca el fantasma que recorría el mundo y los EE.UU, su gendarme protector.
El 8 de septiembre de 1966, y tras haber sido rechazado su primer piloto, Gene Roddenberry, conocido escritor de Westerns, ve cumplido su sueño; la nave Enterprice, número de identificación NCC-1701 suelta amarras bajo el mando de William Shatner, el legendario capitán Kirk, secundado por una pintoresca tripulación.
El marco de la serie
kirk-and-spock
Star trek se presenta desde el arranque como una serie distinta y transgresora.
El Enterprice es una nave terráquea, siendo la tierra una unidad política miembro de la Federación de Planetas, en cuya sociedad no existe el dinero y en donde cada habitante puede desarrollar libremente sus capacidades. En su tripulación no solo conviven en armonía individuos de otros planetas, sino que es altamente variada en etnias y “nacionalidades”. El nombre de la astronave es el mismo que ostentaba un portaaviones norteamericano, pero en el transcurso de la serie aparecen otras naves de la Federación, con nombres tales como Galileo, y…  ¡ Potemkim !
Hasta aquí podríamos decir que todo esto no son más que idílicos detalles de color, pero lo verdaderamente importante es que la mayoría de sus capítulos encierran una simbología y explicitan metafóricamente mensajes muy claros contra el intervencionismo ( estando en pleno desarrollo la guerra de Vietnam ), contra el racismo y la xenofobia.
Esto último lo entendió muy claramente Martin Luther King, cuando, después de la primer temporada en donde la serie fue un fracaso (para la NBC), Nichelle Nichols, la infartante Teniente Uhura, quiso dejarla y fue convencida por el Pastor de la importancia que tenía, en ese contexto histórico, mostrar el futuro que la serie planteaba para toda la humanidad.
Fue precisamente esta oficial negra, junto al Capitán Kirk, la que protagonizó el primer beso inter-racial que se mostró en la televisión norteamericana.
teniente uhura
Otro detalle interesante es que Star Trek tuvo mucho éxito en la URSS. Una publicación soviética se quejó entonces de que, siendo la URSS el primer estado en lanzar un hombre al espacio, en la tripulación del Enterprice, no había rusos. Nace así, en la segunda temporada, el personaje de Checov.
Pero en el universo de la serie también están los enemigos; aquí, en contraste con la postura maniquea del establishment en donde todo el mal se concentra en el concepto de “enemigo”, el mensaje es muy claro: la situación de guerra con los romulanos y los klingons es un hecho derivado de la mutua incomprensión y, confiando en la evolución, subsanable con el tiempo y el esfuerzo por la paz; de hecho, en  Star Trek New Generation, la mas desarrollada de la saga, klingons y humanos conviven en paz y cooperación, sin que por ello no surjan inconvenientes.
La obra, de profundas raíces Asimovianas, tuvo continuaciones en series y en el cine y es indudable que constituyó un punto de inflexión en la narrativa fantástica, con un mensaje implícito muy claro: en el futuro, el capitalismo y las taras que éste genera en el hombre no existen; un optimismo que a la par de disfrutar la narrativa hace que los muchos fans que tiene el género continuemos soñando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario